miércoles, 24 de junio de 2009

EL ARTE DE DIBUJARTE


En algún lecho del golfo de Corinto, una mujer contempla, a la luz del fuego, el perfil de su amante dormido. En la pared, se refleja la sombra. El amante, que yace a su lado, se irá. Al amanecer se irá a la guerra, se irá a la muerte. Y también la sombra, su compañera de viaje, se irá con él y con él morirá. Es noche todavía. La mujer recoge un tizón entre las brasas y dibuja, en la pared, el contorno de la sombra.
Esos trazos no se irán. No la abrazarán, y ella lo sabe.

Pero no se irán.

"Espejos" de Eduardo Galeano

lunes, 8 de junio de 2009

Siempre hubo mesa de ayuda


Los invito a disfrutar de esta estrategia de aprendizaje que es el humor. ¿Después compartimos comentarios?
Paulina

viernes, 5 de junio de 2009

Los Libros:un encuentro hacia la aventura.

“No hubo rito iniciativo ni promesa de eterna fidelidad, sólo sucedió temprano, como algunas bodas primitivas. Estamos envejeciendo juntos, y quizás juntos nos iremos de este mundo. En épocas inquietas, algunos fueron arrojados por la borda, otros se extraviaron; los elegidos permanecen en el remanso de la vida, disputando el espacio y desafiando al olvido. La luz implacable destiñó sus lomos y a veces la tinta interior, como si empezaran a callar…”
“Casada con los libros” de María Elena Walsh.


Cuando era chica en la casa de mis abuelos, dentro de una de las piezas había una biblioteca enorme hecha de chapas y tornillos de gran tamaño que sostenían los estantes, con colores alegres y deslumbrantes repletos de libros de lectura ( cuentos, diccionarios viejos y algunos tenían actividades con dibujos divertidos que se confundían con revistas como “Trapito” o “Billiken”).
Claro que, para mí, desde mi uso de razón, nunca me llevé demasiado bien con esa biblioteca ni con sus libros sólo la utilizaba para jugar a las escondidas cuando mis primas venían en las vacaciones de verano, o a los espacios “tenebrosos” de una mansión embrujada; el resto del año era sacar un libro de allí y transcribirlo en un cuaderno borrador para mejorar mi letra y poder entrar a la escuela primaria leyendo y escribiendo.
Admito que me costó y mucho, ni hablar cuando tuve que memorizar el abecedario: pasaba la mayor parte en esa pieza repitiendo una y otra vez las letras escritas en cartulina, pegadas en uno de los estantes de la biblioteca.
Cuando entré a la escuela otro mundo más difícil se desplegó: nueva escuela (muy diferente a mi jardín de infantes), socializar con chicas de mi misma edad y con mi maestra, y algo no menos importante, mi reencuentro con los libros de textos con miles de actividades para escribir allí mismo o en mi cuaderno forrado con papel araña de color azul, donde mi maestra me ponía un bien en las actividades y la firma de la directora al final: “¡Sigue así!”
A medida que fueron pasando los años, mi reconciliación con los libros fue total.Me fueron dando textos de mayor complejidad, compilados de libros, relatos y novelas donde descubrí la riqueza de ese mundo fantástico y, en algunos casos, reales. Fui sacando libros de esa vieja biblioteca para sentarme en un rincón de la pieza y, sin que nadie me molestara, me inicié en la aventura de cruzar el mar hasta llegar a Europa y convertirme en la Princesa rebelde Sissi, me interné en la selva con Horacio Quiroga y bailé junto a los flamencos y sus medias de piel de serpiente, investigué con el famoso sapo detective Ruperto, participé en las tragedias de Edipo y Antígona… ¡cuántas aventuras habré pasado!.
Hoy, como futura docente, quiero transmitir la importancia que tienen los libros y la lectura como lo que es: una aventura sin principio ni fin, donde los chicos son los protagonistas de las historias, ya que la lectura es un espacio de juego, de escucha, de aprendizaje, y de reflexión con el docente y con sus compañeros.
En cuanto a mi relación con los libros voy a citar nuevamente un párrafo del artículo de la escritora María Elena Walsh, ya que expliEliminar formato de la selecciónca lo que de verdad siento y lo que me fue pasando a lo largo de los años:
“Son libros, y una se ha casado con ellas, prometiendo cuidarse en la dicha y la adversidad, la enfermedad y la salud. No siempre fue perfecta la convivencia, pero sí fue imposible la separación.”

Les propongo a los lectores responder estas preguntas en voz
baja y pensando en aquellos libros que dejaron olvidados en ese rincón de la biblioteca de su casa o, como me pasó a mí, en la vieja biblioteca de sus abuelos:
¿Qué libros se llevaría a una isla desierta? ¿Por qué?
¿A qué libros se abrazaría en un avión en llamas? ¿Por qué?
¿Cuál escogería al ser obligada repentinamente a mudarse de país a otro planeta? ¿Por qué?

Maria Florencia Navarro.
Comodoro Rivadavia. 5/6/2009

miércoles, 3 de junio de 2009

Consumos de drogas, función de la educación y de la escuela



Ponencia recomendada para quienes somos responsables de atender la realidad de nuestros alumnos.