lunes, 16 de marzo de 2009

Sí, queridos alumnos, otro mundo es posible.

Comodoro Rivadavia, 12 de diciembre de 2008

Buenas tardes querida comunidad educativa del Colegio de Biología Marina:

Equipo directivo, docentes, preceptores, responsables administrativos y operativos, familias, muy queridos alumnos de noveno año.

Con frecuencia me pregunto: ¿Otro mundo… es posible?

Durante estos años compartidos con los jóvenes que hoy concluyen su tercer ciclo de la Educación General Básica, una relación vital con el enseñar y el aprender nos posibilitó crecer como personas convencidas de que

entre todos es posible la construcción de algo nuevo que puede ser mejor.

En cada clase los chicos me invitaban a un diálogo comparable al que un lector entabla con una cautivante obra literaria.

Primero nos fuimos acercando y descubriéndonos desde la cara sensitiva (como se reconoce en un libro su nombre en la tapa, la textura, los colores, su presencia.)

Convencidos de que valía la pena, fuimos explorándonos en nuestra tarea cotidiana y descubrimos que la riqueza del grupo se revelaba en सु complementariedad

Los chicos de 9º son una evidencia de que son únicos pero pueden multiplicarse en la acción solidaria, racionales para definir una decisión y también intuitivos para interpretar una situación.

Sus voces son a veces estridencias superpuestas de varios “Yo, yo, yo profesora” y muchas otras suenan en una afinada polifonía de “estuvimos pensando entre todos y llegamos a la conclusión…”

Por momentos son serenos, casi imperceptibles de modo que quien ingresa al aula pregunta:

E _ “¿Están en prueba?

N_ No, estamos leyendo”

Y siempre son apasionados y expresivos cuando defienden su identidad: “los grandes nos juzgan a todos los adolescentes por igual. Creen que somos desordenados , nos pasamos el día sentados frente a la compu, pero cada uno de nosotros sabe qué es lo importante , aunque a veces lo que elegimos es distinto de lo que los grandes quieren”

A medida que profundizábamos el vínculo humano fundante de la relación de enseñanza y aprendizaje, nos encontrábamos y desencontrábamos en el diálogo (como a veces nos pasa cuando el libro entre las manos nos resulta “complicado, profe”… “hace falta estar muy atentos y estamos cansados… entramos temprano a la mañana, tuvimos natación”)

Sin embargo nunca nos abandonamos en la dificultad y en cada situación nos fortalecía escuchar: “la clase de lengua es compleja pero pensemos juntos, vale la pena el desafío”... “ustedes están a la altura de las circunstancias, pueden hacerlo”

Cada situación problemática se convertía en una zona de trabajo común para la construcción de un territorio de posibilidades. Los chicos se involucraban en el problema y entre todos, recuperando la singularidad de cada palabra construíamos una respuesta superadora y liberadora.

Para esto era muy importante la confianza en los otros, porque nos permitía construir puentes nuevos más allá de nuestras diferencias.

Los chicos de noveno me enseñaron a leer desde otras perspectivas la ficción y la realidad. Logré nuevas síntesis y comprendí por ejemplo que Batman y otros héroes de mi adolescencia no morían nunca; y que los héroes de sus juegos en red se mueren … ¡pero tienen otra vida!

Son los chicos los que me ayudan a responder mi pregunta errática. Con ellos sigo creyendo que no hay nada más hermoso que un sueño y que no hay verdad más necesaria que la esperanza.

En este momento, en el que parece que cerramos el libro para abrirnos a otras lecturas, los despido con algunas ideas potentes que aprendí con un gran educador que se llamó Paulo Freire.

Él nos invita a entregarnos con alegría a la aventura de enseñar y aprender

Porque la escuela es el lugar de lo posible,

Porque hay una escuela en la que se piensa,

se actúa y se crea,

en la que se habla y en la que se ama.

Un lugar desde el que no le tenemos miedo al riesgo y

desde el que decimos apasionadamente SÍ A LA VIDA”.

Nos seguimos encontrando en otras aventuras

Muchas gracias por escuchar

Paulina Suárez

miércoles, 4 de marzo de 2009

Una mirada histórica de la dinámica escolar


Los protagonistas toman la palabra
La escuela propicia, desde mucho tiempo atrás, la circulación de la palabra y la construcción de vínculos para acceder al conocimiento।