viernes, 26 de septiembre de 2008

La escuela , un lugar para apasionados de la vida


La alegría de vivir es una virtud fundamental para la práctica educativa democrática.
Esta concepción vital de la educación es la que nos permite ver la escuela como una aventura en marcha, que no le tiene miedo al riesgo y que por eso mismo se niega a la inmovilidad.
Una escuela que no enmudece.

La escuela en la que se piensa,
en la que se actúa,
en la que se crea,
en la que se habla,
en la que se ama.

( En "Cartas a quien pretende enseñar" de Paulo Freire)